jueves, 3 de septiembre de 2015

NUESTRA SUBJETIVIDAD

    La sociedad produce sujetos y éstos reproducen dicha sociedad conformando de este modo una forma de interpretación del mundo. La propia identidad de una sociedad es ni mas ni menos ese sistema de interpretación, esa visión del mundo que ella misma crea.
   Ese sistema de interpretación del mundo es quien nos condiciona y nos dice , por ejemplo, que debemos comer, que ropa debemos usar, como nos vamos a vincular con los otros.
    En la vida cotidiana, en la práctica social, las acciones son procesadas  e interiorizadas por el cerebro dando lugar a las representaciones, a los pensamientos y a diversas formas de simbolización. Por eso desde la psicología social decimos que el sujeto se configura como síntesis activa de una complejísima trama de vínculos y relaciones sociales. La subjetividad se va gestando por ese atravesamiento de las instituciones, el vínculo y el grupo.
     En esta red de interacciones se configura  a través de un proceso de internalización,  el mundo interno del sujeto. Ese mundo interno que reconstruye fantaseadamente  las tramas relacionales objetivas y es el escenario de experiencias del sujeto.

     El hombre es emergente de procesos sociales, institucionales y vinculares. Teniendo en cuenta estos procesos, este interjuego sujeto-mundo, lo externo se hace interno y lo interno se externaliza, siempre en una relación dialéctica. Por lo tanto desde la psicología social entendemos al sujeto en función de su situación, inmerso en un contexto de contradicciones, como emergentes de tramas vinculares con atravesamientos y determinaciones múltiples donde la conducta va a ser el resultado de un momento socio histórico de la cual es emergente y en donde se articula lo individual y lo colectivo.


                                                                                                                Clr Ernesto Moya

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