domingo, 24 de mayo de 2015

PAREJAS, RUPTURA

El sufrimiento es una sensación que experimentamos todos los seres humanos al enfrentar un momento de tristeza, dolor o desilusión. Una ruptura amorosa representa un duelo, por lo que son varios los sentimientos que se involucran en esta situación. En las siguientes etapas:

1. Negación: Se refleja al  no poder creer que la relación terminó, pensar que podrán regresar a estar juntos o, incluso, el no sentir ningún cambio o sentimiento ante la ruptura. Todo ello nos permite amortiguar el dolor.

2. Enojo/euforia: Sucede cuando comenzamos a cuestionar el porqué de lo sucedido. La sensación principal es sentir que estamos ante una injusticia. En muchas ocasiones esta etapa nos lleva a buscar, de manera maníaca, otra pareja, con la finalidad de evitar el dolor. No obstante, si en este momento iniciamos otra relación, es probable que nos desilusionemos nuevamente, ya que estaremos acumulando sentimientos que corresponden a otras relaciones.

3. Pacto/negociación: Es una fase en la que intentamos superar la situación haciendo un acuerdo con nosotros mismos en cuanto a lo que estaríamos dispuestos a hacer o cambiar para que las cosas mejoraran. Es un momento de reflexión que nos permitirá hacer los ajustes necesarios.

4. Depresión: Es un estado, en general temporario y preparatorio, para la aceptación de la realidad. El poder expresar el dolor permitirá la aceptación total de la ruptura amorosa.

5. Aceptación: Es en esta etapa en la que se puede visualizar el porvenir con mayor tranquilidad. Generalmente, nos sentimos con esperanza, podemos hablar de la ruptura sin tanto dolor y ya no se nos hace tan difícil estar solos. Es importante mencionar que para llegar a esta etapa hay que  experimentar, primeramente, las anteriores.

De esta manera, el haber vivido en primera persona  una decepción en la pareja nos permitirá comprender, madurar y mejorar; Ahora bien, cuando nos damos cuenta de que la mayor parte del tiempo nos sentimos desilusionados respecto al amor, nos encontramos una y otra vez en relaciones que nos producen más dolor que satisfacción o, simplemente, sentimos que por un largo periodo de tiempo no hemos podido tener una relación estable a pesar de quererlo, es síntoma de que algo anda mal.

 "Ya no existen hombres buenos en el mundo", "las relaciones ya no son como antes", "la infidelidad es normal ahora", "yo no creo en el amor", son frases características de aquellas personas que continuamente se han encontrado en relaciones fallidas y que generan esta concepción de las relaciones humanas y amorosas como resultado de sus continuas decepciones. Es importante resaltar que el común denominador de todas ellas es que tienen la certeza de que son los demás quienes han tenido la culpa de que sus relaciones no hayan funcionado.


Reconocer nuestra parte de culpa cuando nuestras relaciones fallan, será lo que nos permita lograr una pareja estable y sin más decepciones. Si todas nuestras relaciones han terminado por infidelidad, o continuamente sentimos atracción por personas que ya tienen una pareja o que no nos corresponden, tendremos que detenernos a recapacitar acerca de lo que realmente hace que  nos sintamos atraídos hacia este tipo de personas, y reconocer que una parte de nosotros ha buscado de manera inconsciente y repetitiva este patrón. Es importante permitirnos vivir todas las etapas del duelo y dar tiempo a cada una de ellas, pues solo de esta manera podremos estar en condiciones de intentarlo nuevamente. En ocasiones sucede que nos estancamos en una de ellas, y pasa mucho tiempo sin que podamos sentir que esa ruptura amorosa dejó de doler; ante esto, lo más recomendable será acudir con un profesional en salud mental que nos ayude a superar esta pérdida y a percatarnos de qué es exactamente lo que hace que vivamos desilusiones amorosas una y otra vez.


CRISIS


        Una crisis es “un estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado principalmente, por la incapacidad del individuo para abordar situaciones particulares utilizandométodos acostumbrados para la solución de problemas, y por el potencial para obtener un resultado radicalmente positivo o negativo”. (Slaikeu, 1988).


“Período transicional que representa tanto una oportunidad para el desarrollo de la personalidad, como el peligro de una mayor vulnerabilidad al trastorno mental cuyo desenlace depende entre otras cosas, de la forma en que se maneje la situación.” (Caplan, 1964).




“Una crisis psicológica ocurre cuando un evento traumático desborda excesivamente la capacidad de una persona de manejarse en su modo usual” (Benveniste, 2000).

sábado, 23 de mayo de 2015

LECTURA PARA LA REFLEXIÓN




¿Cuánto ganas al día?


- Papi , ¿Cuánto ganas por hora?- Con voz tímida y ojos de admiración, un pequeño recibía así a su padre al término de su trabajo.
El padre dirigió un gesto severo al niño y repuso: - Mira hijo, informes ni tu madre los conoce. No me molestes que estoy cansado
•  Pero Papi, - insistía - dime por favor ¿Cuánto ganas por hora?
La reacción del padre fue menos severa. Sólo contestó - Cuatro soles por hora.
•  Papi, ¿Me podrías prestar dos soles? - Preguntó el pequeño.
El padre montó en cólera y tratando con brusquedad al niño le dijo:
•  Así que, esa era la razón para saber lo que gano. Vete a dormir y no molestes, muchacho aprovechado.
Había caído la noche. El padre había meditado sobre lo sucedido y se sentía culpable. Tal vez su hijo quería comprar algo. En fin, descargando su conciencia dolida, se asomó al dormitorio de su hijo. Con voz baja preguntó al pequeño:
•  ¿Duermes, hijo?
•  Dime, Papi, - respondió entre sueños.
•  Perdóname por haberte tratado con tan poca paciencia; aquí tienes el dinero que me pediste, - respondió el padre.
•  Gracias, Papi - contestó el pequeño y metiendo sus manitas debajo de la almohada, sacó unas monedas.

•  Ahora ya completé. Tengo cuatro soles. ¿Me podrías vender una hora de tu tiempo? - preguntó el niño.

SOBRE CÓMO QUERER A LAS PERSONAS

Por Julio Cortázar "Querer a las personas como se quiere a un gato, con su carácter y su independencia, sin intentar domarlo, sin inten...